La preocupación por los/las menores ha ido aumentando a medida que se ha caracterizado a este colectivo como un ser individual y con entidad propia. Por tal motivo, el criterio prioritario es la detección a través de los factores de riesgo de una posible situación de desprotección.
El proceso de intervención pasa por una serie de fases desde que se tiene conocimiento de una demanda. Las fases de intervención que se realiza vienen determinada por el carácter multidisciplinar de la misma.
Es importante el trabajo en equipo y la garantía de adecuar las necesidades de los/as menores, las familias y las decisiones desde el comienzo de la intervención. Por la cual es necesaria la intervención de un equipo multidisciplinar que trate de dar respuesta a cada una de ellas.